EL INDOMABLE WILL HUNTING: en dos escenas.

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Según una mente brillante de dieciocho años que no ha visto la película, “lees el título y piensas: esto va de chinos, tipo Jackie Chan”, pero tengo que decirte, amiga, que no va de chinos. Más bien narra la historia de un chico problemático –Will- que proviene de los suburbios de la ciudad y que arrastra consigo un pasado trágico de maltratos y abandonos, y que tiene en su interior un gran potencial y habilidad para las matemáticas (para más información, por favor, consulte Wikipedia, que para estas cosas está estupendamente).

Aclaración: este post puede contener spoilers, ya sabes, si no quieres que te desvele nada, ¡deja de leer y vuelve al post cuando la hayas visto!


Los temas que trata la película van desde adolescencia, amistad, relaciones amorosas, hasta toma de decisiones que te pueden cambiar la vida. A lo largo de Good Will Hunting descubrimos como el personaje de Will evoluciona: al principio, lo vemos como un joven sin aspiraciones, sin metas, aunque con un gran potencial; al final de la película, se ha liberado del gran peso de su pasado, y trata de encauzar su vida.

Podemos extraer un importante análisis psicológico de la película, comentando prácticamente cada escena, pero como no hay ni tiempo ni ganas de leerlo para vosotros, hoy me limitaré a comentar las que probablemente son mis dos escenas favoritas.

Una de las mejores escenas de la película es la escena en el bar, os dejo el vídeo para que le echéis un vistazo:


En la escena se critican ciertos sistemas educativos, que sirven más para que los estudiantes tengan la sensación de que saben algo, que memoricen dos, tres párrafos y después los vomiten en un examen, para después eliminarlos de sus cerebros o conservar lo suficiente como para fingir que realmente tienen conocimientos sobre el tema, cuando lo cierto es que saben de ello lo mismo que yo de ingeniería industrial (que es absolutamente nada). Parece que en esta sociedad lo que importa es que parezca que sabes: ¡vamos a ir a la universidad! ¡Vamos a hacer un curso de no se qué! Pero cuando lleguemos a conseguir un trabajo de verdad nos daremos de bruces y descubriremos nuestra propia ineptitud e incompetencia para poner en práctica lo que supuestamente habíamos aprendido.

Por otro lado, desde un punto de vista más “personal”, podríamos decir, esta escena nos transmite algo: no creas que siempre quien parece saber, en efecto, sabe. No creas que es más inteligente o que ha llegado más lejos que tú porque ha memorizado un par de párrafos, ya que su conocimiento está vacío.

Otra escena que llama la atención de la película es la escena del parque, aquí la tenéis:


 
Merece la pena escuchar sus palabras. Fijémonos que en esta escena casi toda la secuencia se centra en un primer plano de la cara del psiquiatra (Robin Williams). De esta forma, el espectador se concentra en lo que está diciendo, en sus propias palabras, su discurso, no la reacción de Will, que será posterior. Empatizamos con él, le escuchamos y comprendemos que tiene razón, es un discurso hipnotizante. En esta escena hablamos de conocimientos sobre la realidad que no tienen nada que ver con la experiencia real. Sin duda, es un discurso brillante, como toda la película.

¡Hasta el siguiente post! ¡Cuídate, y ve series y películas! (¡muchas!) :)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

esta es la peli que no quisiste ver conmigo. lo sumaremos a lo del concierto etc etc.